El 27 de septiembre de 1986, la organización sin ánimo de lucro United Way of Cleveland, en el estado de Ohio, organizó un evento que pretendía llevar a la ciudad a las portadas de todos los medios: batir el récord mundial de mayor número de globos soltados de manera simultánea en el cielo.
¿Qué fue el Cleveland Balloonfest de 1986?
La propuesta, que tenía un trasfondo benéfico, generó desde un principio una gran expectación. El proceso era relativamente simple: un grupo de 2500 estudiantes y voluntarios inflaría con helio durante un par de horas un millón y medio de globos, para luego colocarlos en una red gigantesca y soltarlos todos a la vez.
El título del récord, hasta ese momento sostenido por la ciudad de Anaheim, en California, intrigó a los habitantes de Cleveland e incluso a vecinos curiosos que se acercaban para participar de alguna forma en la reescritura de la historia.
¿Qué desató la tragedia en el Cleveland Balloonfest de 1986?
El día del evento, a pesar de un cielo que indicaba tormenta, los organizadores decidieron liberar los globos de colores. Estos comenzaron a ascender, creando una estampa impresionante en el cielo. Durante un breve momento, la imagen fue verdaderamente maravillosa. El fotógrafo Thom Sheridan logró capturar con su cámara la magnitud de los globos abrazando los edificios principales de la ciudad. El evento no podía ser más llamativo.
Sin embargo, la meteorología trastocó todos los planes. Una repentina lluvia acompañada de ráfagas de fuertes vientos comenzó en el momento exacto en el que se había programado la liberación de los globos, haciendo que estos no ascendieran y se dispersaran como estaba previsto. Los globos cayeron nuevamente al suelo y generaron un caos tanto en las calles como en el lago Erie de la ciudad, incluso obligaron al cierre de pistas en el aeropuerto de Burke Lakefront.
¿Cómo se complicó la situación en el Cleveland Balloonfest de 1986?
La situación se complicó aún más cuando dos hombres que se encontraban navegando por el lago cayeron de su barca y necesitaron la asistencia de los servicios de rescate. Los globos impedían tanto a los helicópteros volar hacia el lago como la visibilidad en el propio lugar. Los equipos de salvamento marítimo que llegaron a la zona en la que se había producido el naufragio no podían ver nada en el agua, por lo que todos los esfuerzos por localizarlos resultaron inútiles. Los dos hombres fallecieron ahogados.
La organización United Way of Cleveland tuvo que hacer frente a demandas de una gran cuantía económica. Como se resume en el blog estadounidense History By Zim, si bien la vista de un millón y medio de globos tuvo que ser un verdadero espectáculo para la vista, el resultado al final del día no compensaba.
¿Qué lecciones podemos aprender de lo sucedido en el Cleveland Balloonfest de 1986?
Nadie sabe si tan solo haber consultado las previsiones meteorológicas hubiera podido evitar este trágico final. Lo cierto es que una jornada que inicialmente se presentaba como divertida y original se convirtió finalmente en una gran pesadilla.
