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El misterio del azul egipcio: Un pigmento perdido y redescubierto

azul egipcio

Hace dos siglos, el afamado químico e inventor Sir Humphry Davy exploró las ruinas de las termas de Tito en Roma. Allí, entre escombros y vestigios, halló fragmentos de ciertos instrumentos de un profundo azul. Un cierto período de tiempo después, Davy encontró el mismo material en una vasija en Pompeya. Se percató de que había redescubierto el material conocido como «azul egipcio», el primer pigmento sintético cuya manufactura se atribuía a la antigua Alejandría. La fascinante historia del descubrimiento, su aparente «desaparición» y posterior redescubrimiento es una de las más fascinantes historias jamás contadas.

El color azul en la antigua civilización egipcia

El primer pigmento azul sintetizado por el ser humano aparece en Egipto hacia el año 3600 antes de Cristo, Para los antiguos egipcios, el azul tenía una relevancia extraordinaria. Estaba intrínsecamente ligado al cielo y al río Nilo, llegando a representar el universo, la creación y la fertilidad. Sin embargo, en tiempos antiguos, solo se usaban pigmentos de colores terrosos, obtenidos de la tierra superficial; los artistas egipcios enfrentaban dificultades para adquirir azul. En realidad, la única fuente natural de azul era el escaso y costoso mineral de lapislázuli, extraído en una remota zona, la cuál hoy se conoce como Afganistán.

Aproximadamente en el año 2600 a.C., el azul egipcio se popularizó, extendiéndose gradualmente su uso por todo el mundo antiguo, desde Mesopotamia hasta el Imperio Romano, antes de desaparecer en la penumbra de la Edad Media.

Pigmentos azules utilizados en el fondo de un grabado en la Mastaba de Mereruka.

Así era síntesis del enigmático azul egipcio

A pesar de que no se conserva ninguna receta egipcia para este pigmento, Vitruvio, un escritor romano del siglo I a.C., indicó que los componentes eran arena, cobre (de minerales como azurita o malaquita) y natrón (una mezcla natural de compuestos de sodio, incluido el carbonato de sodio). Experimentos modernos demuestran que el azul egipcio, de fórmula química: CaCuSi4O10, se obtiene calentando estos compuestos a unos 900°C con la adición de cal, un compuesto de calcio que era una impureza de la arena.

Este azul egipcio, debe su color a la presencia de complejos (CuO₄) ⁶⁻, una estructura única que no otorga la misma coloración en otros materiales. Sin embargo, la verdadera causa de su tonalidad se encuentra en los campos eléctricos generados por el resto de iones, detalle muchas veces pasado por alto. Estos campos internos ejercen una influencia significativa en el color que percibimos. Un intrigante contraste surge al compararlo con los pigmentos «Morado Han» y «Azul Han» de China, también basados en complejos (CuO₄) ⁶⁻, pero con colores distintos.

En la actualidad no sabemos si este procedimiento fue fruto del estudio o de la casualidad, lo único que sabemos es que la síntesis del azul egipcio fue un logro sin igual. Controlar la temperatura necesaria para una reacción exitosa y lograr la correcta adición de oxígeno habrían representado desafíos considerables.

La consistencia del pigmento a lo largo de la historia es otra muestra de la destreza de los químicos egipcios. La composición en obras de arte como la mastaba de Mereruka, del Antiguo Reino (~2600-2100 a.C.), es prácticamente idéntica, por ejemplo, a la encontrada en un ataúd de momias que data del periodo grecorromano (~330 a.C.-400 d.C.).

Descubriendo nuevas propiedades

En un estudio de 2009, se descubrió que el azul egipcio exhibe una notable luminiscencia en la región del infrarrojo cercano. Esto implica que el pigmento puede ser fácilmente detectado de manera no destructiva.

La luminiscencia es tan intensa que se puede detectar la presencia de diminutas cantidades de azul egipcio incluso cuando no es visible ningún color azul a simple vista.

Esta técnica también se ha empleado para detectar azul egipcio en obras de arte de épocas en las que se creía que se había perdido la capacidad de sintetizar el pigmento. Por ejemplo, un grupo de científicos daneses encontró azul egipcio en un cuadro del artista italiano Giovanni Battista Benvenuto que data de 1524.

Santa Margarita de Giovanni Batista Benvenuto.

El azul egipcio más allá del arte

Aunque esta propiedad de luminiscencia inicialmente fue explorada por los interesados en la historia del arte, los químicos están comenzando a percibir que el azul egipcio podría tener otras aplicaciones significativas. Por ejemplo, la durabilidad de la luminiscencia y la mayor capacidad de penetración en el tejido humano de los infrarrojos, en comparación con los fotones visibles o los UV, aumenta las posibilidades de obtener imágenes biomédicas detalladas y altamente resueltas mediante el uso de este pigmento como agente de imagen. El azul egipcio también se presenta como una atractiva alternativa a los costosos compuestos de lantánidos utilizados actualmente en las tintas de seguridad.

Desde su redescubrimiento hace dos siglos, la química de este compuesto ha sido estudiada principalmente en relación con sus usos en el arte. No obstante, el descubrimiento de la fuerte luminiscencia cercana al infrarrojo que muestra el azul egipcio, inicialmente explotada en el ámbito de la historia del arte, ha allanado el camino para que los químicos exploren sus propiedades de formas que sus descubridores originales nunca hubieran imaginado.

Fuentes:

https://www.chemistryworld.com/features/egyptian-blue-more-than-just-a-colour/9001.article

https://web.unican.es/noticias/Paginas/2015/febrero/Origen-del-color-del-primer-pigmento-artificial-de-la-historia-el-azul-egipcio.aspx

https://web.unican.es/noticias/Documents/2015-Egyptian-Blue-Inorg-Chem_paper.pdf